Los íberos bebían cerveza (en cuencos de oro y plata)

Iberian village of Ullastret © solopilar (Flicker Creative Commons)

24 Nov Los íberos bebían cerveza (en cuencos de oro y plata)

En los siglos IV y III antes de Cristo, la bebida que más consumían los pueblos indígenas de la Península Ibérica era la cerveza. Era el caso de los celtas que ocuparon la cornisa cantábrica y también de los íberos que poblaban toda la región de Levante, desde los Pirineos hasta lo que hoy es Andalucía.

Lo sabemos por un texto del griego Polibio, que describió, no sin ironía, cómo en la casa de un rey íbero se servía cerveza en crateras (una especie de cuencos o ensaladeras) de plata y oro. El hecho criticable, a ojos del autor, es que recipientes tan valiosos eran usados, en esta cultura, para servir un producto de poca calidad. Efectivamente, la asimilación de las costumbres importadas por griegos y romanos hizo que el consumo de cerveza se sustituyera gradualmente por el de vino y pasara a considerarse un hábito anticuado, por no decir bárbaro.

Desde la era neolítica hasta el siglo III aC, la bebida alcohólica más consumida y más preciada en la región había sido la cerveza. Aparte del texto de Polibio, esto se conoce porque se han encontrado restos de cebada malteada y fermentada en yacimientos neolíticos (los restos de cerveza más antiguas de Europa se encontraron en la cueva de Can Sadurní, en Begues) y en los silos de poblados íberos como el de Puig de Castellet (Lloret de Mar), el de Punta de Castell (Palamós) o el de Ullastret.

De la composición de la cerveza íbera poco se sabe. Lúpulo no debía llevar (esta planta se incorpora mucho más tarde a la receta), pero sí se debía aromatizar con diferentes hierbas. Y quizás llevaba también miel, como hacía la cerveza celta.

En fin, que aunque la ribera mediterránea se considera hoy en día un área esencialmente vinícola (alto, lo somos y nos enorgullecemos de ello), en la parte oriental de la Península Ibérica habíamos sido más que nada consumidores de cerveza.

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