La Brava y los ‘calçots’, ¡condenados a entenderse!

Calçots and La Brava © Paco Sánchez, 2016

01 Feb La Brava y los ‘calçots’, ¡condenados a entenderse!

La tradición siempre nos ha llevado a pensar que un queso, los calçots o una carne a la brasa se deben acompañar de un buen vino. Es evidente que nuestro vínculo con la viña y el vino es mucho más fuerte que con la cerveza. Pero también es cierto que la cerveza es un magnífico acompañante de viaje gastronómico. Y más aún una cerveza tan gastronómica como La Brava.

Un maridaje muy interesante, ahora que llega el frío, son los calçots con una buena Brava. La Brava es una cerveza delicada pero bastante compleja, en la que podemos encontrar ligeros matices tostados, con un fondo floral muy agradable y un final que recuerda a los frutos secos y la miel. Los calçots, por su parte, tienen un componente vegetal muy intenso y hay que tener cuidado de acompañarlos con vinos no excesivamente tánicos. Y es aquí donde nos podemos plantear acompañarlos con una cerveza como La Brava: el perfume intenso del calçot irá de la mano de la fragancia de la cerveza, los tostados de ambos productos encontrarán una armonía, la dulzura del calçot se compenetrará con la dulzura de la malta de calidad y los recuerdos de frutos secos se encontrarán con esta salsa tan nuestra.

¡Dos productos tan nuestras tenían que entenderse!

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